domingo, 29 de junio de 2008

Atardecer sobre el Pacífico

Hoy quiero compartir uno de los espectáculos que día a día nos ofrece la naturaleza. La mayoría de la veces no le prestamos atención. Sin embargo, en ocasiones, este momento se convierte en especial por la persona con que lo contemplas, por la forma en que lo vives, por el momento en que se da. 

Nexpa, Costa del Pacífico mexicano. Marzo 2008


martes, 24 de junio de 2008

La nueva Iglesia


Hace tiempo que me inquieta este cartel. Paso día a día junto a él de camino a la universidad e irremediablemente caigo en la tentación de buscarle una explicación. Muchas son las cosas que se me han pasado por la cabeza. Quiero compartir con vosotros una de ellas.

Como dice el cartel, "Cristo pronto viene". Pero no viene de cualquier manera. Dios es un tío espabilado, y sabe que el típico ángel de turno no se come nada en la sociedad de hoy en día, de tal forma que ha decidido anunciar la llegada del Mesías más acorde a los tiempos que corren. 

Por supuesto esto traerá consecuencias a corto plazo. Paso a comentaros las tres principales:

1- En primer lugar desaparecerán los vendedores de Biblias puerta a puerta. Dios ha apostado fuerte por una estrategia pull, a través de la cual los feligreses comprarán el Libro Sagrado llamando directamente a Jesucristo al teléfono indicado en el cartel (por supuesto que ha tirado de outsourcing y no es Jesucristo el encargado de descolgar el teléfono, sino un indio en un cuchitril de Bangalore, que se hace pasar por el hijo pródigo por algo más de un dólar al día).

2- Se acabó lo de tallar tablas de piedra. Hoy en día existen las PDAs, y como comprenderéis, de la que Cristo va a tener móvil de empresa, ¿no pensaréis que va a cargar con un ladrillo verdad?. Los comunicados se harán vía mail (por supuesto, existe la posibilidad de crear un grupo en Facebook).

3- Del belén... olvidaros. La virgen María ya no será virgen, y es que, en los tiempos que corren, vende más un Mesías concebido en un motel de carretera entre Cuernavaca y el DF. Sus padres no se conocían y jamás se volverán a ver. La jovencita que lo engendró lo dará en adopción. Se criará en el seno de una familia homosexual, correteando por la plaza de Chueca hasta los 17, edad en la cual comenzará la carrera de diseñador en Milán. Una vez en Italia, decidirá darse un garbeo por el Vaticano, y hasta los huevos de hacer cola para visitar la Basílica, le dirá a Dios que pasa de toda esa mierda. Finalmente se convertirá al Maradonismo.

P.D. Por si acaso no llaméis al teléfono del cartel.

domingo, 8 de junio de 2008

Barrancas del Cobre





Aquí estoy, recién llegado de un viajecito de 4 días recorriendo las Barrancas del Cobre. Me habían hablado maravillas de este viaje. Sin embargo, ha superado con creces mis expectativas. Mis compañeras de viaje han sido esta vez Amaia e Ira.

El plan ha sido el siguiente. El viaje comenzó el jueves a las 5 de la mañana tomando un avión rumbo a Chihuahua. Aquí comienza el tren Chihuahua-Pacífico, que conecta dicha ciudad con el Océano, atravesando las llamadas Barrrancas del Cobre. Éstas son un conjunto de cañones, que constituyen una formación cuya dimensión supera en tres veces al famoso Cañón del Colorado.

Nuestra primera noche la pasamos en Creel. Un pueblito situado en mitad de la Sierra Tarahumara, donde los indígenas del mismo nombre conviven con lugareños y viajeros, ajenos a cualquier síntoma de civilización. 

Al día siguiente tomamos el tren que nos llevó hasta Divisadero. En esta estación se puede contemplar una increíble vista de la unión de 3 cañones, y contemplar bajo tus pies los 900 metros de profundidad del cañón de Urique, poniéndote de pie en la llamada "piedra volada". Una piedra al borde de un desfiladero, que al situarte sobre ella se mueve hacia delante, y que te hace sentir una sensación de acojono bastante guapa.

La segunda noche la pasamos en Posada de Barrancas. Aquí nos quedamos en unas cabañitas super familiares. Comíamos dentro de la casa de una familia, comida típica que nos preparaba la mujer. Con el marido tuvimos la ocasión de hacer una excursión a caballo por los alrededores.

El último día ha sido el más intenso. Comenzó con el paseo a caballo, tras el cual agarramos el tren rumbo a nuestro destino final. Los Mochis. Casi 11 horas de viaje con vistas impresionantes, entre vagón y vagón, contemplando la belleza de la sierra Tarahumara. 

A las 12:30 de la noche, por fin llegamos a Los Mochis. Allí Cristian, un amigo de Ira nos estaba esperando con ganas de una cervezita. La cervecita se convirtió en cervecitas, y decidimos ponerle la guinda al viaje de la mejor manera. Agarrando las toallas y a dormir al Pacífico. Con el sol dejamos la playa. Ducha. Autobús. Avión. Taxi... y cama. 

Buenas noches