Es hora de despedidas. Sabía que este momento llegaría, pero no por ello es menos doloroso.
A mi llegada, ya seis meses atrás, encontré un país increíble, donde nada tiene por qué ser como debería. También encontré una ciudad caótica, donde conviven, sin inmutarse , el estrés y el "ahorita". Poco a poco comencé a conocer gente, y Monterrey fue cambiando de cara. Convirtiéndose en un lugar especial, gracias a esas personas que iban apareciendo en esta experiencia.
Estos días se están convirtiendo en un goteo de "hasta luegos". La verdad, jamás me gustaron las despedidas. Poco a poco debería haberme convertido en un experto. Sin embargo, me siguen costando tanto como la primera.
Durante este tiempo, Oiertxo, Cani, Ina, Adurtxo, Dani, Luis, Mikel e Iban, han sido mucho más de lo que se puede esperar en seis meses. Han sido mis compañeros de farra a diario, mis confesores en ocasiones, y mi apoyo siempre que lo he necesitado. Ya con todos ellos en el avión, o en el mejor de los casos, haciendo las maletas, Monterrey vuelve a convertirse en la ciudad caótica que encontré a mi llegada. Es cuestión de tiempo, lo sé. Pero a caso no puedo ponerme romanticón o qué?;D.
Sólo quería mostrar mi agradecimiento a ellos y a otra mucha gente que ha significado mucho para mí en esta experiencia.
Ikusi arte.