Hace tiempo que me inquieta este cartel. Paso día a día junto a él de camino a la universidad e irremediablemente caigo en la tentación de buscarle una explicación. Muchas son las cosas que se me han pasado por la cabeza. Quiero compartir con vosotros una de ellas.
Como dice el cartel, "Cristo pronto viene". Pero no viene de cualquier manera. Dios es un tío espabilado, y sabe que el típico ángel de turno no se come nada en la sociedad de hoy en día, de tal forma que ha decidido anunciar la llegada del Mesías más acorde a los tiempos que corren.
Por supuesto esto traerá consecuencias a corto plazo. Paso a comentaros las tres principales:
1- En primer lugar desaparecerán los vendedores de Biblias puerta a puerta. Dios ha apostado fuerte por una estrategia pull, a través de la cual los feligreses comprarán el Libro Sagrado llamando directamente a Jesucristo al teléfono indicado en el cartel (por supuesto que ha tirado de outsourcing y no es Jesucristo el encargado de descolgar el teléfono, sino un indio en un cuchitril de Bangalore, que se hace pasar por el hijo pródigo por algo más de un dólar al día).
2- Se acabó lo de tallar tablas de piedra. Hoy en día existen las PDAs, y como comprenderéis, de la que Cristo va a tener móvil de empresa, ¿no pensaréis que va a cargar con un ladrillo verdad?. Los comunicados se harán vía mail (por supuesto, existe la posibilidad de crear un grupo en Facebook).
3- Del belén... olvidaros. La virgen María ya no será virgen, y es que, en los tiempos que corren, vende más un Mesías concebido en un motel de carretera entre Cuernavaca y el DF. Sus padres no se conocían y jamás se volverán a ver. La jovencita que lo engendró lo dará en adopción. Se criará en el seno de una familia homosexual, correteando por la plaza de Chueca hasta los 17, edad en la cual comenzará la carrera de diseñador en Milán. Una vez en Italia, decidirá darse un garbeo por el Vaticano, y hasta los huevos de hacer cola para visitar la Basílica, le dirá a Dios que pasa de toda esa mierda. Finalmente se convertirá al Maradonismo.
P.D. Por si acaso no llaméis al teléfono del cartel.