Día 22

Han pasado casi 2 semanas desde la última publicación. La verdad es que, al contrario de lo que fue la primera parte del viaje, ha sido tiempo para la tranquilidad. Primero pasé 4 días en Oaxaca capital. Allí me despedí con pena del grupo inicial, y di la bienvenida a Itzi. Todo por supuesto con mezcal, ya que esta es la tierra de la bebida del gusano.

De Oaxaca nos fuimos hacia Mazunte. En esta playa pasamos unos días (ni siquiera me acuerdo cuantos), disfrutando del Pacífico y de la traquilidad. Después, un día a Puerto Escondido a ver a los surfers más de libro que jamás haya visto. No puedo con las tiradas de moco que llevan en este lugar los gringos diecinueveañeros, en el tipico bar de moda a la 1 de la madrugada, tomando tragos sin camiseta y entrando a toda chica que pase por su lado. Hasta aquí, aunque te jode, dices "bueno, estos putos surferos ligan lo que quieren". El problema es cuando al día siguiente llegas a la playa de Zicatela pronto para ver a todos esos gringos hacer virguerias sobre la tabla, y te encuentras con que no hay ni un solo rubio de los de anoche en el agua. Vaya farsantes... chicas.... un poquito de por favor coño!

Bueno, retomando el tema. Artos de surferos posturas nos volvimos a Mazunte. De ahí hacia Zipolite, otra playa preciosa, famosa en méxico por ser la única en la que esta permitido el nudismo.

¿Y ahora? de nuevo en San Crisrtobal de las Casas. Se puede decir que este ha sido mi campamento base de este viaje, La verdad es que es que no podría ser otro. Me encanta este pueblo, su gente, su ambiente... pero todo termina. En dos días vuelvo a Monterrey con mucha pena por poner fin a esta aventura, que sin ninguna duda ha sido el mejor viaje de mi vida, pero ilusionado por la llegada de Sandra a tierras mexicanas, y por el siguiente reto... todo el mes de agosto en San Francisco (tendré que aprender a convivir con los surferillos californianos...).

Nos vemos